
Un día de estos que no sabes que día es…
Alumbró la noche al día,
sólo con el vacío de esas miradas,
eclipsando el silencio
y gritando algunas desesperanzas.
Creía que podía jugar con los instantes aquellos
mientras cogía las tijeras y recortaba la vida a mi antojo.
Hoy mi ensueño traicionero,
sin misterios ya,
olvidaba o quizás…
no sabía que era la felicidad.
Como el infinito,
que tiene miedo de descubrir,
que es, al fin y al cabo, un número;
tú sigues pensando que eres único.
Es mentira ¿verdad?
La verdad se quedó sin palabras para variar.
Tu máscara era poesía
y yo me creí cada uno de tus versos…
Te acuerdas de aquellas huidas al fin del mundo.
dónde íbamos a ser eternos
y el tiempo se olvidaría de nosotros,
pero tú y yo seguiremos mirándonos
como si nada de eso hubiese ocurrido.
Ahora aunque mis noches ya no estén vacías,
yo siento ausencia a mi lado
a la que ya no susurro… te quiero.
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