Cansada...

Ayer después de salir de las cloacas de tu risa,
repugnante hipocresía estereotipada,
me cansé matar con la mirada a viejos parásitos,
siempre apoyada en un torcido bastón.

Hoy busco en el fondo de cada noche,
una pizca de coherencia en mi difusa existencia,
pero el brillo del dolor se refleja en mi rostro,
cansado, como la esperanza de un nuevo amanecer.


Mañana sólo quedaran las cenizas,
quizás lo único que necesite sea ausencia,
quién sabrá realmente que es el tiempo
lloverá sangre…




…y yo no llevaré paraguas