
Aunque nuestras pisadas nunca dejaron huella,
jamás paramos de caminar...
Olvidar pintar las baldosas de amarillo,
fue nuestro gran error,
Tuvimos que inventar rutas al exilio,
para esconder los recuerdos
y guardar las estrellas.
Aquel día el cielo se suicidó...
y lloraron nanas.
...sólo quedaron las marcas de volar.
cuanta belleza!
ResponderEliminar